28 abr 2015

¿Que es lo que proyectas ?


A veces recibimos cosas que nos disgustan sin darnos cuenta de que somos nosotros mismos los que las estamos sembrando.

Tu vida no es una coincidencia... 

Es un reflejo de ti. Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes, revisa lo que proyectas"







EL ECO ..

Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: "AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !".

Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: 

"AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !"


Con curiosidad, el niño grito: "Quién eres tú?"

Recibió de respuesta: "Quién eres tú?"

Enojado con la respuesta, grito: "Cobarde!"

Recibió de respuesta:"Cobarde!"

Miró a su padre y le preguntó: "Que sucede?"

El padre sonrió y dijo: "Hijo mío, presta atención."

Y entonces el padre gritó a la montaña: "Te admiro!"

La voz respondió: "Te admiro!"

De nuevo el hombre gritó: "Eres un campeón!"

La voz respondió: "Eres un campeón!"

El niño estaba asombrado, pero no entendía.

Luego el padre explicó:


"La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA...Te devuelve todo lo que dices o haces... 

Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor... Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia... Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida... La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado."


Feliz día y besitos de chocolate

Bel



21 abr 2015

Nuestras creencias


LAS CREENCIAS.






Durante nuestra infancia , incluso desde la concepción, nuestra vida queda marcada por creencias de nuestros padres, abuelos, sociedad Son ideas arraigadas a nuestra conciencia que nos permiten o limitan a vivir una determinada manera a veces sin desearlo,cuando no somos conscientes de esas . Hasta los 6 años nuestro subconsciente actuará de acuerdo a esas creencias y avanzaremos con eso en la vida ( miedos, limitaciones.....) 

Tus experiencias de la vida son el reflejo de tus creencias acerca de ti mismo, del mundo y son los filtros a través de los cuales interpretamos nuestra realidad. Esas creencias nos predisponen al éxito o al fracaso .

Hay gente que se pasa la vida buscando el existo y por mas empeño que pone , voluntad y por mas ganas que le pone nunca obtiene resultados..cuando está apunto de conseguir algo .. inesperadamente ..zas ..le lleva a fracasar. Algo no le deja avanzar por mucho que se esfuerce y la gran mayoría de las veces sin saber porque pasa. ¿no crees que esto no es justo? Con todo lo que te esfuerzas , ¿porque pasa esto? Porque seguramente traes  creencias de que no vale la pena tanto esfuerzo y por mucho que lo hagas no conseguirás nada, porque hay que sacrificarse mucho para conseguirlo . 
Por ejemplo si tu madre tenia miedo a los perros y resulta que tu también ¿que te ha llevado a pensar que los perros son malos para ti?
Porqué te sientes mal cuando disfrutas de algún placer o te sientes pleno, ¿que hay detrás de esa emoción? 
Nuestra vida está llena de este tipo de preguntas, que nunca nos hemos planteado, porque nuestras creencias simplemente dicen que esto es así.  
Entonces ... ¿porque  dos personas con el mismo problema lo pueden ver de forma diferente? 
Un ejemplo de hoy en día , dos personas se quedan sin trabajo , una de ellas piensa en el fastidio porque ya no tiene edad , porque que va a hacer ahora , y sale a buscar trabajo y se desespera,se deprime y al final por miedo .. acepta cualquier cosa que le aporte un sueldo.
Otro piensa que esto puede ser una oportunidad para hacer lo que realmente quería hacer , y busca la forma de hacerlo , empieza a moverse y hablar con unos y con otros y cuando se da cuenta que está a gusto , piensa que el despido fue su oportunidad de ser mas feliz… 
La manera en que nos tomamos la vida viene determinada por las creencias o patrones que tenemos instalados en nuestros subconsciente, lo unió que hay que hacer es hacerlo consciente para cambiarlas. 

Las creencias son muy poderosas y tanto si somos conscientes o no  llevan su propio ritmo  y preparan el escenario para que podamos experimentarlas en nuestra vida. 
Nadie nos dice como tenemos que vivir pero muchas veces creemos sin mas que tiene que ser así.

Si las experiencias vitales nos llevaron a pensar que nuestra  vida es  injusta, en la que no podemos mostrarnos tal cual somos porque no podemos confiar en nadie ,  no confiaremos ni en Dios, por mucho que nos ofrezca la vida y difícilmente podremos aceptar amor, bienestar y abundancia en nuestras vidas.. porque vivimos desde la Carencia. 



Este cuento relata lo importante de nuestras creencias, como mueven nuestra vida y como producen limitaciones que no somos capaces de ver.



Una caravana que iba por el desierto se detuvo cuando empezaba a caer la noche.

Un muchacho, encargado de atar a los camellos, se dirigió al guía y le dijo:

-Señor, tenemos un problema. Hay que atar a veinte camellos y sólo tengo diecinueve cuerdas. ¿Qué hago?



-Bueno -dijo el guía-, en realidad los camellos no son muy lúcidos. Ve donde está el camello sin cuerda y haz como que lo atas. El se va a creer que lo estás atando y se va a quedar quieto.

El muchacho así lo hizo. A la mañana siguiente, cuando la caravana se puso en marcha, todos los camellos avanzaron en fila. Todos menos uno....


-Señor, hay un camello que no sigue a la caravana.

-¿Es el que no ataste ayer porque no tenías soga?

-Sí ¿cómo lo sabe?

-No importa. Ve y haz como que lo desatas, si no va a creer que siguen atado. Y si lo sigue creyendo no caminará.

Feliz día y besitos de chocolate . 

Bel




17 abr 2015

Solo tu tienes las respuestas




En medio de un bosque vivía un ermitaño, sin temer a las fieras que allí moraban. Es más, por concesión divina o por tratarlas continuamente, el santo varón entendía el lenguaje de las fieras y hasta podía conversar con ellas.


En una ocasión en que el ermitaño descansaba debajo de un árbol, se cobijaron allí, para pasar la noche, un cuervo, un palomo, un ciervo y una serpiente. A falta de otra cosa para hacer y con el fin de pasar el rato, empezaron a discutir sobre el origen del mal.



-El mal procede del hambre -declaró el cuervo, que fue el primero en abordar el tema-. Cuando uno come hasta hartarse, se posa en una rama, grazna todo lo que le viene en gana y las cosas se le antojan de color de rosa. Pero, amigos, si durante días no se prueba bocado, cambia la situación y ya no parece tan divertida ni tan hermosa la naturaleza. ¡Qué desasosiego! 

-¡Qué intranquilidad siente uno! Es imposible tener un momento de descanso. Y si vislumbro un buen pedazo de carne, me abalanzo sobre él, ciegamente. Ni palos ni piedras, ni lobos enfurecidos serían capaces de hacerme soltar la presa. ¡Cuántos perecemos como víctimas del hambre! No cabe duda de que el hambre es el origen del mal.



El palomo se creyó obligado a intervenir, apenas el cuervo hubo cerrado el pico.

-Opino que el mal no proviene del hambre, sino del amor. Si viviéramos solos, sin hembras, sobrellevaríamos las penas. Más ¡ay!, vivimos en pareja y amamos tanto a nuestra compañera que no hallamos un minuto de sosiego, siempre pensando en ella "¿Habrá comido?", nos preguntamos. "¿Tendrá bastante abrigo?" Y cuando se aleja un poco de nuestro lado, nos sentimos como perdidos y nos tortura la idea de que un gavilán la haya despedazado o de que el hombre la haya hecho prisionera. Empezamos a buscarla por doquier, con loco afán; y, a veces, corremos hacia la muerte, pereciendo entre las garras de las aves de rapiña o en las mallas de una red. Y si la compañera desaparece, uno no come ni bebe; no hace más que buscarla y llorar. ¡Cuántos mueren así entre nosotros! Ya ven que todo el mal proviene del amor, y no del hambre.


-No; el mal no viene ni del hambre ni del amor -arguyó la serpiente-. El mal viene de la ira. Si viviésemos tranquilos, si no buscásemos pendencia, entonces todo iría bien. Pero, cuando algo se arregla de modo distinto a como quisiéramos, nos arrebatamos y todo nos ofusca. Sólo pensamos en una cosa: descargar nuestra ira en el primero que encontramos. Entonces, como locos, lanzamos silbidos y nos retorcemos, tratando de morder a alguien. En tales momentos, no se tiene piedad de nadie; mordería uno a su propio padre o a su propia madre; podríamos comernos a nosotros mismos; y el furor acaba por perdernos. Sin duda alguna, todo el mal viene de la ira.



El ciervo no fue de este parecer.

-No; no es de la ira ni del amor ni del hambre de donde procede el mal, sino del miedo. Si fuera posible no sentir miedo, todo marcharía bien. Nuestras patas son ligeras para la carrera y nuestro cuerpo vigoroso. Podemos defendernos de un animal pequeño, con nuestros cuernos, y la huida nos preserva de los grandes. Pero es imposible no sentir miedo. Apenas cruje una rama en el bosque o se mueve una hoja, temblamos de terror. El corazón palpita, como si fuera a salirse del pecho, y echamos a correr. Otras veces, una liebre que pasa, un pájaro que agita las alas o una ramita que cae, nos hace creer que nos persigue una fiera; y salimos disparados, tal vez hacia el lugar del peligro. A veces, para esquivar a un perro, vamos a dar con el cazador; otras, enloquecidos de pánico, corremos sin rumbo y caemos por un precipicio, donde nos espera la muerte. Dormimos preparados para echar a correr; siempre estamos alerta, siempre llenos de terror. No hay modo de disfrutar de un poco de tranquilidad. De ahí deduzco que el origen del mal está en el miedo.

Finalmente intervino el ermitaño y dijo lo siguiente:

-No es el hambre, el amor, la ira ni el miedo, la fuente de nuestros males, sino nuestra propia naturaleza. Ella es la que engendra el hambre, el amor, la ira y el miedo.


Si miras con sinceridad al interior .. solo tu tienes las respuestas ..........




Feliz día y besitos de chocolate. 

Bel

14 abr 2015

El miedo



 ¿De que tienes miedo?

¿Que harías con tu vida si no tuvieras miedo?




MIEDO Y CORAJE
Según un cuento chino, un rey, famoso por su coraje y ecuanimidad, perdió casi todo su reino y hasta el último de sus soldados, como consecuencia de los violentos ataques y saqueos de las hordas bárbaras. No le quedaban más que dos servidores y su castillo era el último bastión que impedía a los conquistadores dominar sus territorios y esclavizar las aldeas diezmadas por el continuo acoso.


Y llegó el día en que se supo que los bárbaros avanzaban hacia las puertas de la ciudad con la intención de poner cerco al palacio. Se cuenta que esa noche, cuando llegaron las noticias del avance enemigo se vio el rostro del monarca marcado por el temor y la responsabilidad­, pero en ningún momento abatido por el miedo.



Al amanecer el rey ordenó a sus servidores que abrieran todas las puertas y ventanas, y acto seguido se instaló en una de las almenas a fin de observar la llegada de los invasores. Inmutable, les vio avanzar hasta la escalinata de palacio.



Pero su serenidad perturbó hondamente a los bárbaros. Éstos supusieron que les esperaba una trampa en su interior. En vez de poner cerco a aquel lugar, el jefe reunió a sus hombres y tocó a retirada.

El rey dijo entonces a sus servidores: -Ved, y no olvidéis nunca que, una misma emoción, el miedo, a ellos les ha impulsado a huir atemorizados y a nosotros nos ha motivado a permanecer en nuestro puesto, encontrando una respuesta creativa a tan atemorizante situación.

RECUERDA LA ÚNICA FORMA DE VENCER AL MIEDO, ES ENFRENTÁNDOTE A ÉL.
El miedo limita y no te deja avanzar, pero siento decirte que eres el único responsable  pero  la buena noticia es que TÚ eres el único que puedes cambiarlo , solo si quieres, porque lo demás , solo son excusas del ego  .

Pregúntate algo .. ¿si quiero cambiar mi vida porque no lo hago? 

Feliz día y besitos de chocolate. 
Bel


5 abr 2015

lo que ves en los demás está en ti....



―Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

―Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…-y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

 ―E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

 ―Bien-asintió el maestro. 

 Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó-toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
 El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.



Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas-y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.

 ―Maestro -dijo-lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

―Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas.  Vuelve aquí con mi anillo.
 El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

― Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

― ¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.

― Sí -replicó el joyero-Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

―Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.







Feliz día y besitos de chocolate

Bel