¡¡Hola
a todos!! En el meridiano de la semana, ¿cómo va todo?
Hoy
voy a comenzar a hablar de algo muy importante que servirá para para entender
todo lo que hablo , así que vamos a empezar por el principio.
Para
hacernos una idea, la opinión científica más generalizada dice que utilizamos
entre un 3 y un 15% de nuestra mente ,como veis muy poco, imaginaos que tenéis
un hotel , y solo ocupadas 3 o 4 habitaciones ¡¡GUAUUUUU!!
Con
esto quiero decir, que si usamos entre un 3 y 15% de cerebro el resto está fuera
del plano consciente, y ahí es donde de verdad radica el poder de la mente.
Las
reacciones de hoy están determinadas por experiencias del pasado que quedaron
registradas en nuestro cerebro en ese pequeño tanto por ciento, como si fuese
un disco duro de un ordenador así pues la mente tiende a visualizar
experiencias o creencias vividas conscientes y subconscientes, creando así lo
que llamamos nuestra realidad, que nos llega a través de los sentidos .
Bien,
según vamos viviendo, el cerebro asume lo que traemos desde pequeños y
normaliza situaciones que bien nos gusten o no provocan el mundo de las
emociones y muchas de estas hoy no somos capaces de gestionar porque no
entendemos el porque de la acción o emoción porque están en el otro tanto por
ciento que pertenece al subconsciente.
Mientras
no lo llevemos al plano consciente, no seremos capaces de gestionar esa emoción
o acción .
Así
que mientras aprendemos a gestionar esto, tenémos que saber que el pensamiento
es como un imán, si proyectas un pensamiento negativo lo llevas al plano
consciente y tu mente atrae lo mismo , resultados negativos. Por el contrario,
si piensas en positivo activas positivamente el pensamiento atrayendo
resultados positivos.
Así
que para entender esto nada mejor que un cuento ( y el cuento)
La oveja-tigre
Era una tigresa que
estaba en muy avanzado estado de gestación. Eso no le refrenaba sus impulsos
felinos de abalanzarse contra los rebaños de ovejas. Pero en una de esas
ocasiones alumbró un precioso cachorro y no logró sobrevivir al parto.
El cachorrito fue
recogido por las ovejas. Se hicieron cargo de él, dándole de mamar y cuidándolo
con mucho cariño. El felino creció entre las ovejas, aprendió a pastar y a
balar. Su balido era un poco diferente y chocante al principio, pero las ovejas
se acostumbraron. Aunque era una oveja corporalmente bastante distinta a las
otras, su temperamento era como el de las demás y sus compañeras y compañeros
estaban muy satisfechos con la oveja-tigre. Y así fe discurriendo el tiempo. La
oveja-tigre era manza y delicada.
Una mañana clara y
soleada, la oveja-tigre estaba pastando con gran disfrute. Un tigre se acercó
hasta el rebaño y todas las ovejas huyeron, pero la oveja-tigre, extasiada en
el alimento, seguía pastando. El tigre la contempló sonriendo. Nunca había
visto algo semejante. El tigre se aproximó al cachorro y, cuando éste levantó
la cabeza y vio al animal, exhaló un grito de terror. Comenzó a balar
desesperadamente.
- Cálmate,
muchachito – le apaciguó el tigre.
- No voy a hacerte nada.
- Al fin y al cabo somos de la misma familia
- ¿De las misma familia? – replicó sorprendido el cachorro.
- Yo no soy de tu familia, ¿Qué dices?
- Soy una oveja.
- Anda, acompáñame – dijo el tigre.
El tigre-oveja le
siguió. Llegaron a un lago de aguas maravillosamente tranquilas y despejadas.
- Mirate en las aguas
del lago – dijo el tigre al cachorro.
El tigre-oveja se miró
en las aguas. Se quedó perplejo al contemplar que no era parecido a sus
hermanas las ovejas.
- Mirame a
mi.
- Mirate a ti y mírame a mí.
- Yo soy un poco más grande, pero ¿no compruebas que somos iguales?
- Tú no eres una oveja, sino un tigre.
El tigre-oveja se puso a
balar.
- No bales – le
reprendió el tigre, y a continuación le ordenó ruge.
Pero el tigre-oveja
siguió balando y en días sucesivos, aunque el tigre trató de persuadirle de que
no era una oveja, siguió pastando. Pero unos días después el tigre le trajo un
trozo de carne cruda y le conminóa que lo comiera. En el mismo momento en que
el tigre-oveja probó la carne cruda, tuvo consciencia de su verdadera
identidad, dejó el rebaño de ovejas, se marchó con el tigre y llevó la vida
propia de un tigre.
Hasta
que no probamos el sabor de nuestro ser interno, vivimos de espaldas a nuestra
propia identidad,
identificados
con lo que creemos ser y no somos.
Feliz dia , besitos de
chocolate .
Bel