28 abr 2014

¿Somos lo que hacemos? (11.12.13)


¡¡Hola a todos!! En el meridiano de la semana, ¿cómo va todo?

Hoy voy a comenzar a hablar de algo muy importante que servirá para para entender todo lo que hablo , así que vamos a empezar por el principio.

Para hacernos una idea, la opinión científica más generalizada dice que utilizamos entre un 3 y un 15% de nuestra mente ,como veis muy poco, imaginaos que tenéis un hotel , y solo ocupadas 3 o 4 habitaciones  ¡¡GUAUUUUU!!

Con esto quiero decir, que si usamos entre un 3 y 15% de cerebro el resto está fuera del plano consciente, y ahí es donde de verdad radica el poder de la mente.

Las reacciones de hoy están determinadas por experiencias del pasado que quedaron registradas en nuestro cerebro en ese pequeño tanto por ciento, como si fuese un disco duro de un ordenador así pues la mente tiende a visualizar experiencias o creencias vividas conscientes y subconscientes, creando así lo que llamamos nuestra realidad, que nos llega a través de los sentidos .

Bien, según vamos viviendo, el cerebro asume lo que traemos desde pequeños y normaliza situaciones que bien nos gusten o no provocan el mundo de las emociones y muchas de estas hoy no somos capaces de gestionar porque no entendemos el porque de la acción o emoción porque están en el otro tanto por ciento que pertenece al subconsciente.

Mientras no lo llevemos al plano consciente, no seremos capaces de gestionar esa emoción o acción .

Así que mientras aprendemos a gestionar esto, tenémos que saber que el pensamiento es como un imán, si proyectas un pensamiento negativo lo llevas al plano consciente y tu mente atrae lo mismo , resultados negativos. Por el contrario, si piensas en positivo activas positivamente el pensamiento atrayendo resultados positivos.

Así que para entender esto nada mejor que un cuento ( y el cuento)

La oveja-tigre

Era una tigresa que estaba en muy avanzado estado de gestación. Eso no le refrenaba sus impulsos felinos de abalanzarse contra los rebaños de ovejas. Pero en una de esas ocasiones alumbró un precioso cachorro y no logró sobrevivir al parto.

El cachorrito fue recogido por las ovejas. Se hicieron cargo de él, dándole de mamar y cuidándolo con mucho cariño. El felino creció entre las ovejas, aprendió a pastar y a balar. Su balido era un poco diferente y chocante al principio, pero las ovejas se acostumbraron. Aunque era una oveja corporalmente bastante distinta a las otras, su temperamento era como el de las demás y sus compañeras y compañeros estaban muy satisfechos con la oveja-tigre. Y así fe discurriendo el tiempo. La oveja-tigre era manza y delicada.

Una mañana clara y soleada, la oveja-tigre estaba pastando con gran disfrute. Un tigre se acercó hasta el rebaño y todas las ovejas huyeron, pero la oveja-tigre, extasiada en el alimento, seguía pastando. El tigre la contempló sonriendo. Nunca había visto algo semejante. El tigre se aproximó al cachorro y, cuando éste levantó la cabeza y vio al animal, exhaló un grito de terror. Comenzó a balar desesperadamente.

- Cálmate, muchachito – le apaciguó el tigre.
- No voy a hacerte nada.
- Al fin y al cabo somos de la misma familia
- ¿De las misma familia? – replicó sorprendido el cachorro.
- Yo no soy de tu familia, ¿Qué dices?
- Soy una oveja.
- Anda, acompáñame – dijo el tigre.

El tigre-oveja le siguió. Llegaron a un lago de aguas maravillosamente tranquilas y despejadas.

- Mirate en las aguas del lago – dijo el tigre al cachorro.

El tigre-oveja se miró en las aguas. Se quedó perplejo al contemplar que no era parecido a sus hermanas las ovejas.

- Mirame a mi.
- Mirate a ti y mírame a mí.
- Yo soy un poco más grande, pero ¿no compruebas que somos iguales?
- Tú no eres una oveja, sino un tigre.

El tigre-oveja se puso a balar.

- No bales – le reprendió el tigre, y a continuación le ordenó ruge.

Pero el tigre-oveja siguió balando y en días sucesivos, aunque el tigre trató de persuadirle de que no era una oveja, siguió pastando. Pero unos días después el tigre le trajo un trozo de carne cruda y le conminóa que lo comiera. En el mismo momento en que el tigre-oveja probó la carne cruda, tuvo consciencia de su verdadera identidad, dejó el rebaño de ovejas, se marchó con el tigre y llevó la vida propia de un tigre.

Hasta que no probamos el sabor de nuestro ser interno, vivimos de espaldas a nuestra propia identidad,

identificados con lo que creemos ser y no somos.

Feliz dia , besitos de chocolate .

 

Bel

 

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