22 sept 2014

Victoria es el arte de continuar donde todos resuelven parar.


EL VIOLINISTA VICTORIOSO



En una época no muy lejana, vivió un violinista llamado Paganini.
Muchos creían

que era un artista sobrenatural y que tenía un don especial para el violín. Una noche,

tras recibir una ovación delirante, empezó a tocar. Lo que siguió fue indescriptible,

porque todas las notas que nacían del movimiento de sus dedos dibujaban una

melodía maravillosa y perfecta en el aire. De repente, un sonido extraño acabó con

el encantamiento: se había roto una cuerda del violín. El director y la orquesta se

detuvieron y el público dejó de respirar. El intérprete siguió tocando como si nada

hubiera ocurrido y todo recuperó la normalidad. Pero, otro ruido hizo enmudecer a la

sala. A Paganini se le había partido otra cuerda. Sin embargo, continuó con la pieza,

sacando deliciosos sonidos del instrumento. En medio del concierto, una tercera cuerda

saltó por los aires. El director se quedó pálido y Paganini, como un contorsionista

musical, arrancó todos los sonidos posibles de la única cuerda que le quedaba.

Espectadores y músicos se pusieron en pie y empezaron a gritar, aplaudir e, incluso, a

llorar de emoción.

Aquella noche, Paganini alcanzó la gloria y el mayor de los triunfos, porque a lo largo

de su vida había aprendido que la victoria es el arte de continuar donde todos resuelven

parar.

Feliz día
Besitos de chocolate

Bel

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